The retail space has become the Temple of the 21st century. The place to see and to be seen. The place to gather and meet

DECIMAS FLAGSHIP STORE

FASE: EJECUTADO

LOCALIZACIÓN: MADRID

SUPERFICIE: 400 m2

EQUIPO: ALBERTO ELTINI, MARINA MARTIN, DANIELA MUÑOZ

FOTOGRAFIA: GERMÁN SÁIZ

Todavía con los ecos de la pandemia resonando, y las voces que proclamaban el fin del comercio a pie de calle en al aire, la conocida cadena Décimas, encarga a El Departamento Estudio el proyecto de su apuesta más audaz: su flaghsip en plena Puerta del Sol, concretamente en el número 1 de la Madrileña calle Alcalá.

Respira una cierta ironía que el lugar elegido para el proyecto sea el cadáver de otra crisis previa, la del boom inmobiliario, el espacio es una antigua sede de Caja Madrid, donde permanecen columnas de mármol, techos de madera y falsos mosaicos, recuerdos de una banca comercial en auge.

Con esa herencia de materialidad y morfología, sumada al objetivo de crear una flagship referencia y aprovechando el imaginario colectivo nacional conocedor de la marca, El Departamento Estudio sintetiza la idea de proyecto en un concepto sencillo: El Templo.

El principal motivo por el que el retail a pie de calle nunca morirá, es porque además de la obvia transacción económica, se trata de un plan de ocio, de relaciones personales y de experiencia. Desde incluso mucho antes del mercado medieval, el ser humano como animal sociable necesita de la compañía, de la reunión y del encuentro, forma parte de su naturaleza. Los espacios retail son ahora nuevos lugares de peregrinaje y de encuentro. Son los Templos del S.XIX y se reivindican en proyectos como este.

El Templo como concepto, se apoya además en la circunstancia de la preexistencia de una cúpula tapada, que se recupera y enaltece para la actuación, se potencia su centralidad creando cuatro nuevas columnas que ordenan un pasillo desde la entrada hasta su centro. Como todo templo, existe la necesidad de una deidad, de una referencia: aquí el objeto de adoración es una columna dórica que es en realidad una pantalla monolítica tubular de más de 4 metros de altura.

El perímetro existente, carente de interés por su forma y materialidad, es cubierto por un velo opaco, curvo y continuo, que en su sinuosidad resuelve los distintos apartados que exige el programa. Consiguiendo de esta manera crear micromundos en un espacio solemne y mayoritariamente diáfano.

Con la materialidad se hace un ejercicio de reinterpretación del origen de la marca, usando colores corporativos que han estado presentes en el recorrido visual a lo largo de toda la historia de Décimas. El uso de materiales contemporáneos da lugar a un espacio en el que conviven formas de la arquitectura clásica como la cúpula y las columnas de mármol, con texturas y colores modernos como el metacrilato azul Klein, la lana bouclé mostaza, o el acero inoxidable.

Encontramos otra combinación disruptiva en la convivencia de los pavimentos preexistentes con los nuevos materiales, empleando el mármol rojo alicante y el verde Guatemala ya presentes, como tapiz sobre el que superponer las nuevas islas curvas naranjas que exponen el producto.

Los probadores son el epílogo necesario para entender la obra en su totalidad. Un espacio calmado, monocolor, orgánico y vestidos en verde oscuro elevando la experiencia del cliente.

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