CASA LOBSTER

FASE: EJECUTADO

LOCALIZACIÓN: BARCELONA

SUPERFICIE: 140m2

EQUIPO: ALBERTO ELTINI, MARINA MARTIN, ARANCHA COT

FOTOGRAFIA: JOSE HEVIA

Un espacio vacío siempre es huérfano de padre y madre. Y por tanto recibe dos herencias. Una herencia pertenece a lo físico, a la morfología del lugar y a la materialidad del mismo; la otra es el alma de ese sitio, los usos que otros le dieron a ese espacio. En el lugar que nos encontramos para desarrollar el proyecto de Casa Lobster nos encontramos las dos cosas, una herencia física, en la que un embudo, con sus cambios de nivel nos dirigía a un patio final, respondiendo a la clásica disposición de planta baja del Eixample de Barcelona. Y una herencia espiritual, su uso como galería de arte que fundó un visionario en los años 60 llamado René Metras. 

Con una inspiración selectiva de los artistas que habían expuesto en la galería, junto con el espíritu audaz de Metrás, quisimos que el proyecto fuera un performance artístico. Una obra de arte colocada en el centro de la sala principal, un artefacto que se podía atravesar, tocar, sentir en sus cambios de texturas, materiales e iluminación, y que además sirviera para exponer el producto. Es la gran ventaja de la arquitectura retail, que casi cualquier cosa puede serlo, si es que necesita ese apellido, porque la arquitectura siempre es arquitectura.

Queríamos también utilizar todo esto, las herencias formales y espirituales del sitio, junto con la idea de crear un performance artístico, como herramienta para dar un puñetazo en la mesa y romper con la idea tradicional de lo que es una óptica, donde el producto siempre aparece expuesto en el perímetro, apelotonado y sin jerarquía. Project Lobster es una marca valiente e innovadora, queríamos que Casa Lobster también lo fuera.

Uno de los elementos que más no llamó la atención del proyecto original de la Galería René Metrás (encargado por Metrás a dos jóvenes arquitectos J. Balari y J. Schmid) fueron unas marquesinas abovedadas de cristal que aparecían en el patio posterior, propusimos por tanto recuperar esta idea, reinterpretándola en el “túnel” de Casa Lobster, donde 12 tubos de metacrilato macizo, conforman una bóveda irregular que cubre de forma inmaterial el espacio intersticial en el multiverso que forma el artefacto/performance que sirve de exposición en la sala principal.

Casa Lobster es mucho más que su sala de exposición, es también una zona de taller “open kitchen” donde clientes y ópticos comparten espacio, son los gabinetes, es el patio, y son por supuesto los espacios “in between” que conectan una sala tras otra, creando una experiencia de descompresión en su recorrido.